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laboratorio de espectadores

Reflexiones y Balidos es un foro de opinión, intercambio y acción. Un colectivo democrático, dinámico, abierto a nuevas propuestas y sugerencias. Nuestro objetivo principal es dar voz al espectador, fomentando su espirítu crítico, ante las diferentes manifestaciones artísticas y culturales que tienen lugar en Valencia y fuera de ella.








domingo, 17 de enero de 2010

Rezeptionsaesthetik: Laboratorio de Recepción Estética



Entrada donde reflexionar sobre la Recepción Estética, estética y no sólo escénica, donde el laboratorio puede reflexionar, lanzar textos, ideas, teoría, crítica sobre quién recibe lo estético: lo teatral, lo escénico, lo literario, lo fílmico, lo performance, lo visual, lo sonoro... lo circense...


Carmen M

4 comentarios:

Alecto dijo...

(...) Con todo, lo que sucede es que, como dice Miller, hay teatros, pero no hay teatro. Por unas causas o por otras, no es “políticamente correcto” que la realidad de la calle, de la contemporaneidad, del hoy que vivimos o nos vive, suba a los escenarios. “Quid prodest?”, ¿quién es el que se beneficia de la situación, sea la que sea?, cuestión que inteligentemente planteaban los romanos ante cualquier encrucijada inquietante. Si atendemos a las reglas de la economía de mercado, hemos de decir que es la demanda la que crea la oferta. Por lo tanto, es el espectador el que está pidiendo ese tipo de espectáculo. Curiosamente, un espectador más preparado que nunca -aunque, quizás, a pesar de sus licenciaturas o ingenierías, analfabeto funcional- es quien pide que los teatros le ofrezcan lo que le están ofreciendo. Y así, aunque haya teatros llenos, no hay teatro.
Hay un concepto en la ya muy tratada “teoría de la recepción” que puede arrojar luz sobre la situación descrita. Es el conocido como “horizonte de expectativas” del receptor. En la medida en que la “distancia” entre la creación y las expectativas del espectador sea mayor o menor, la participación del receptor habrá de ser, también, mayor o menor. Hoy, el “horizonte de expectativas” del espectador está limitado por su asentamiento más en el fortalecimiento de su seguridad personal que en el robustecimiento de lo que significa la libertad para el ser humano como ser social... Y el hombre se torna lobo para el hombre, como bien lo analizó Brecht. Y, entonces, la violencia, la guerra.
Difícil encrucijada para el teatro. Un teatro al que, en definitiva, no le sirven los recintos del pasado. ¡No nos engañemos! “El medio es el mensaje”, subrayó McLuhan. El espacio teatral no es cosa baladí. ¡No podemos estar haciendo teatro para el siglo XXI en las bomboneras del siglo XIX! El teatro de cuarta pared, que en su día significó una conquista, ha agotado sus posibilidades. Además de haber transferido sus progresos técnicos a otros medios más jóvenes, como el cine y la televisión. El mimetismo está al ciento por ciento en esos procedimientos. Sólo el ritual ha quedado para el teatro, como en los orígenes griegos, en el renaciente drama medieval o en el sobreviviente teatro del absurdo... Un ritual que hoy se formaliza en el teatro menos domesticado.
Teatro catacúmbico, en conclusión, que ha de buscar nuevos espacios... Es preciso superar la servil arquitectura de Vitrubio -¡otra vez Roma!- e, incluso, la directiva autoritaria de Wagner -con sus indiscutibles aportaciones-. Y en este sentido, habrá que abrir alguna brecha en la gran muralla de la Galaxia Marconi con las armas que la web-tv nos pueda ofrecer. Pero ésta es otra cuestión. En todo caso, al tiempo que buscamos otros ámbitos, pidamos a Dioniso otros espectadores.
Ignacio Amestoy "Hacer teatro hoy"

Pedro dijo...

Interesante artículo de Saúl Garnelo sobre "LA ESTÉTICA DE LA RECEPCIÓN SEGÚN SANCHIS SINISTERRA: "EL LECTOR POR HORAS".

Se puede descargar en este enlace:
http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1271447

Pedro dijo...

Creo que esta cita de Juan Mayorga ya la colgué en el blog, pero me parece oportuno recordarla. Es válida para cualquier disciplina artística.


"El teatro sucede en el espectador. No en el papel que escribe el autor. Tampoco en la escena que ocupan los intérpretes. El teatro sucede en la imaginación, en la memoria, en la experiencia del espectador."

Jesús Ge dijo...

Si el teatro sucede en el espectador, y los espectadores llenan las salas de las obras, digamos, de teatro ocioso (léase "Hoy no me puedo levantar", éxito de taquilla), ¿qué le tenemos que pedir al teatro con respecto a un público anestesiado y narcotizado?
Que nos sacuda, que nos haga vibrar, que nos con-mueva. Con el texto, con el medio, con la técnica,... pero que nos mueva. En "bomboneras" del siglo XIX o con recursos digitales pero que diga algo.
¿Cuántas veces hemos visto a artistas "modernos" usando medios digitales hi-tech para decir nada? Quizá sea ese el mensaje: la tecnología no aporta nada al discurso, solo lo facilita, lo democratiza, lo extiende. Pero ¿quién desarrolla el discurso? ¿Quién hace preguntas? ¿Quién se las lanza al espectador?